Todos los perros se van al cielo. Pero un bulldog podría llegar allí años antes que un border terrier, según un estudio reciente de casi 600.000 perros británicos de más de 150 razas. Los investigadores hallaron que las razas grandes y las de hocico achatado tenían una esperanza de vida más corta que los perros pequeños y los de hocico alargado.
Las hembras también vivían algo más que los machos. Los resultados se publicaron la semana pasada en la revista Scientific Reports. Hay excepciones a estas tendencias generales, y los resultados podrían no ser válidos para los perros que viven fuera del Reino Unido, donde las prácticas de cría -y las reservas genéticas-serían distintas, señalaron los investigadores.
“Ahora que identificamos a estas poblaciones con riesgo de muerte prematura, podemos empezar a investigar a qué se debe”, afirmó Kirsten McMillan, autora del estudio nuevo y gestora de datos de Dogs Trust, una organización británica dedicada al bienestar canino que dirigió la investigación. “Esto nos brinda la oportunidad de mejorar la vida de nuestros perros”.
El estudio parte de una base de datos de 584.734 perros británicos, que los investigadores reunieron a partir de registros de razas, compañías de seguros de mascotas, empresas veterinarias y otras fuentes. Este tipo de registros, que pueden estar sujetos a diversos sesgos, no es necesariamente representativo de la población canina británica en general, reconocen los científicos.
Pero Audrey Ruple, epidemióloga veterinaria de Virginia Tech que no participó en el estudio nuevo, dijo que el uso de tantas fuentes de datos diferentes por parte de los investigadores era uno de los puntos fuertes del estudio.
“Creo que es un criterio fantástico”, declaró. La mayoría de los perros eran de raza pura y representaban 155 razas; el resto se combinaron en una única categoría de razas cruzadas. Los investigadores clasificaron el tamaño corporal de cada raza en pequeño, mediano o grande y la forma de su cabeza en chata, medianamente proporcionada o alargada.
“La esperanza de vida promedio de todos los perros era de 12,5 años, pero que variaba ‘espectacularmente’ de una raza a otra”, según McMillan. Los heelers de Lancashire, una raza de perros pastores pequeños, eran Matusalenes caninos y vivían un promedio de 15,4 años. En cambio, los pastores caucásicos, mucho más grandes, solo vivían un promedio de 5,4 años.
En conjunto, las razas pequeñas vivían un promedio de 12,7 años, frente a los 11,9 años de las razas grandes. Esto coincide con estudios anteriores sobre perros y otros mamíferos, según los cuales, dentro de una misma especie, los individuos más pequeños tienden a vivir más que los grandes.
Las razas de cara plana, también llamadas braquicéfalas, vivían un promedio de 11,2 años, mientras que las de cara media y larga tenían una esperanza de vida de 12,8 y 12,1 años. Algunas razas de cara plana, como el bulldog francés, se han hecho muy populares. Pero los expertos han advertido de que sus hocicos extremadamente cortos conllevan problemas respiratorios, insolación y otros problemas de salud.
Según los investigadores, algunos de los rasgos asociados a una menor esperanza de vida también parecen combinarse entre sí. En conjunto, las razas pequeñas de hocico largo, como los perros salchicha miniatura y los whippets, vivían un promedio de 13,3 años, unos 2 años y medio más que las razas grandes de hocico corto, como los bóxers y los bull mastiffs, que en conjunto tenían una esperanza de vida de 10,7 años.
La historia evolutiva también influyó. Las razas estrechamente emparentadas tenían esperanzas de vida similares. Los investigadores también descubrieron que los perros de raza pura, como grupo, tenían una esperanza de vida de 12,7 años, frente a los 12,0 años de los perros cruzados.
Esta ventaja de supervivencia de los perros de raza pura contradice algunas investigaciones anteriores y podría deberse al hecho de que todos los perros cruzados, independientemente de su tamaño o mezcla de razas, se combinaron en una sola categoría, según los científicos.
Sin embargo, Ruple se mostró satisfecha de ver unos resultados que cuestionan la creencia generalizada de que los perros mestizos son siempre más sanos que los de raza pura. “Creo que la cuestión es más compleja”, comentó. “Hay perros de razas puras que suelen ser bastante sanos”.
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